viernes, 22 de enero de 2010

MI REGRESO ESPERADO

Hoy, me siento en la misma cama, estoy en la misma habitación en la que cuando tenia miedo, solo tenia que pensar que a el otro lado de la pared estaban esas personas que se convierten en guerreros por tu bien, miro a mi alrededor, y sigo viendo esas cortinas rosas de cuando era una niña, y ese tablón de recortes y fotos de la adolescencia, mis queridos libros que han sido leídos millones de veces en las noches de insomnio, mis fotos, mis orlas, mis juegos... cosas que se quedaron en esta habitación, donde parece que el tiempo no pasa y esa felicidad es eterna.

También veo mi álbum de fotos incompleto y esa colección de botellas de cerveza que mi madre tanto ha odiado... ella esa persona que siempre chilla y es dura como una roca llora cada vez que vuelvo a dormir en esa MI HABITACIÓN. Pero este sitio donde tanta felicidad describo también trae otros recuerdos a mi, recuerdos de cuando deje de ser una niña, para combertirme en una mujer (todavía busco el momento en el que sucedió)y decisiones tomadas tras horas y horas de encierro (algunas malas y otras buenas). Desde mi ventana se ve un lugar que hoy por primera vez después de mucho tiempo he vuelto a pisar, esa casa abandonada lugar de juegos y amoríos, que se convirtió en un minuto en el peor de los infiernos, donde perdí mi vida y una que nunca olvidare.

Tantos recuerdos invaden de lágrimas mis ojos, pero al contrario de lo que pasaba anteriormente estas lágrimas son de añoranza de este viejo hogar,por suerte encontré otro en el que solo tengo que pensar que la persona que tengo detrás de la pared me protegerá con su vida, al igual que yo a ellos. De esta mi Murcia, la que abandone por cobardía y esperanza, y en la que pase ratos de café y charlas en la puerta de la catedral, borracheras, paseos y que millones de veces he descrito para unos ojos invidentes y otros muchos que no querían ver su hermosura y su encanto. Regreso hoy, para cargar las pilas, dicen que la tierra tira, en mi caso mi tierra esta donde estén los mios, pero para que mentir, siempre que vengo a Murcia, quiero recordar esa etapa en la que era niña y joven y solo necesitaba un banco para que el tiempo pasara rápido o lento, que estuviera a mi merced. Para mirar a la gente y poder recobrar la esperanza y las ganas de seguir luchan hoy trabajando.

Solo ha cambiado una cosa entre entonces y ahora, en mi habitación al lado de mi cama hay una camita de un ángel rubio, que tengo la suerte de que me llame tita.

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